07 agosto 2006

Risas y para adelante.

Hace unos días conocí a su madre y hermanos. Era la primera vez que los veía. La primera vez que hablaba con ellos. Era la primera vez que veían a su hermano con un chico por pareja.
Me preguntó si estaba nervioso, sobre todo cuando su madre, yo le dije que no. Y no mentía. Es una cosa rara, pero desde hace ya varios años no tengo miedo, nervios ni nada por el estilo a la hora de conocer a gente, cuando sé que esa gente me importa o le importa a la persona que más me importa a mi. (Esto parece de Objetivo Birmania los amigos de mis amigas son mis amigas, pues eso).


Me parecieron encantadores. Yo quiero una madre como la tuya le dije. Además, nunca es tarde parea tener una segunda madre, un poco más madre la primera, pero menos madre que mi abuela, verdadera MADRE con mayúsculas de este que le ha dado hoy por escribir en enrevesado.

Debe ser culpa de las pastilla, de las que casa, que están más ricas, saben mejor y sus efectos secundarios son de lo más agradables. Las otras ahí se quedan en la bolsa, para que se las meta la tía loca de la doctora por donde yo le diga. Más le valdría escuchar y menos recetar antidepresivos. Uff. No sabía que tenían todos esos efectos secundarios. Menudo sábado que pasé.

En fin. Que me gusto su madre, sin malas interpretaciones claro. Sobre todo la complicidad entre ellos. Tanto con su madre como con sus hermanos. De los gestos, miradas y demás, eso que sin palabras se dice, se desprendían risas, cariño, muy buenos ratos… Me encantó.

Si bien, eso hizo que recordara mi infancia. Y la verdad es que yo crecí feliz. Entre risas, peleas de hermanos, trastadas, cabreos… recuerdo malos ratos, pero sobre risas, muchas risas. Pues si bien desde pequeño tuve que afrontar cosas duras, siempre tuve la sonrisa en la cara.



Y ahora que estoy jodido también la tengo. Y canto, y bailo, y hago el tonto por casa igual que lo he hecho siempre. A lo mejor últimamente menos, pero lo hago, y eso me sirve para seguir adelante.

Y es que, si no seguimos para adelante… ¿qué hacemos aquí?

Y para reirnos un rato nada mejor que la risa sana de un bebe.

Estos cuatrillizos se lo pasan pipa.

Éste se mea con el biberón.

El estornudo le hace gracia.

Puede tardar un poco en cargar, pero si podéis dadle a los 3 videos a la vez, es una cura sana, sana.